FASCIA MUSCULAR ¿QUE ES?
Lo cierto es que esa pielecilla translúcida, fina y blanquecina no es muy agradable a primera vista y parece poca cosa, pero es importantísima. La fascia está constituida por un tejido conectivo, fibras de colágeno, agua, proteoglicanos (una proteína que retiene el agua) y elastina (proteína elástica resistente). Tiene un grosor de solo 0,5 a 3 milímetros y una extraordinaria capacidad de deslizamiento y desplazamiento. En su conjunto, la fascia recubre todas las partes del cuerpo: los músculos, los huesos, los tensores, los nervios ópticos, el cerebro… Sin este poderosísimo sistema de fibras, el cuerpo no se sostendría.
Si has cocinado pollo o pavo, seguro que has visto más de una vez la fascia, esa característica membrana blanca y fibrosa que se suele quitar antes de cocinarlo. ¿A que te suena?
La fascia tiene una función de separación y protección y permite generar, transportar y proteger la energía. Además, conserva una gran cantidad de agua y nos defiende de cuerpos extraños. Por último, influye en nuestra agilidad en general y en nuestra forma física.
Si la fascia no puede desempeñar su papel correctamente, todo el cuerpo se ve afectado. Los músculos, los tendones, los órganos y las articulaciones pierden flexibilidad, surgen problemas como dolor de espalda, de hombros y de articulaciones e incluso pueden aparecer inflamaciones.